Todos y cada uno de nosotros somos humanos por muchas y
diferentes razones, ya que todos cometemos errores, algunos más, otros menos;
unos los reconocen y otros no. A todos, aunque no queramos decirlo en voz alta,
nos acecha el miedo y más veces de las que queremos. También lo somos porque
hablamos, nos relacionamos, sentimos, sufrimos, reímos hasta no poder más, nos
enamoramos…
Pero hay tantos tipos de humanos y tan diferentes, que sería
injusto juzgarlos. A lo largo de tu vida conocerás humanos de color, otros muy
coloridos, algunos que aman la vida, otros que nunca han amado y por supuesto
te cruzarás con más de uno que prefiere amar la soledad. Encontrarás personas
que busquen la libertad a toda costa, algunos que odiarán las ataduras y
lucharán por volar, pero habrá otros que tratarán de amarrarse al suelo todo lo
que puedan. Vas a cruzarte con personas que desean ser el alma de la fiesta, el
foco de atención, el centro del mundo y también conocerás a personas que
prefieran esconderse en la sombra, en el anonimato.
Dicen que aquello que nos vuelve más débiles, más sensibles,
más locos, en fin, más humanos, es eso el amor, el estar enamorados. Por eso
debemos estar enamorados eternamente, de la forma más humana posible. Porque da
igual el color o el sexo de la persona, lo bueno es quererse, pero quererse
bien y bonito, de una forma sincera. Claro que muchas mentes cerradas y
ancladas en el pasado te van a criticar, pero no tengas miedo, porque eres
libre y no debe importarte el que dirán, mira por tu propia felicidad, tu
bienestar. No tengas en cuenta lo que puedan pensar o decir de ti, tu familia y
amigos, si realmente te quieren, lo entenderán y te apoyarán, porque está en
juego tu felicidad.
¿Y qué importa si la pareja es de chico-chico, chica-chica o
chico-chica? ¿Qué diferencia hay? Es amor. Todos y cada uno de nosotros somos
en esencia eso, amor. Por eso no esperes a llegar al final del camino pensando:
“¿qué hubiera pasado si…?”.
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