Cuando alguien fallece y se va de nuestra vida, ¿por qué hablamos de que se encuentra en algún lugar? Un lugar lejano en el que las cosas van bien, que no hay dolor, ni sufrimiento, un lugar lleno de luz y alegría en el que esa persona vivirá lo que no ha vivido, será feliz y jamás cumplirá años porque siempre recordaremos a esa persona tal y como se fue.
Pero la pregunta es: ¿existe realmente ese lugar?
En mi opinión ese lugar, llamemoslo cielo, paraíso o eternidad, no existe. Nunca ha existido y nunca existirá. Porque ese lugar es producto de nuestra imaginación que hemos ido perfeccionando con el paso del tiempo, para que así no creamos o pensemos que esa persona ya no esta, para que no creamos que esa persona se ha ido y jamás volverá, porque esa persona ya no existe. Pero creamos en nuestra mente ese fantástico lugar porque nos negamos a creer que esa persona ya no existe, que nunca más volverás a ver su cara, su sonrisa, jamás volverás a escuchar su voz... Todos creemos en ese cielo, paraíso o eternidad porque nos da miedo a nosotros mismos no ser, no existir algún día.
Pero la pregunta es: ¿existe realmente ese lugar?
En mi opinión ese lugar, llamemoslo cielo, paraíso o eternidad, no existe. Nunca ha existido y nunca existirá. Porque ese lugar es producto de nuestra imaginación que hemos ido perfeccionando con el paso del tiempo, para que así no creamos o pensemos que esa persona ya no esta, para que no creamos que esa persona se ha ido y jamás volverá, porque esa persona ya no existe. Pero creamos en nuestra mente ese fantástico lugar porque nos negamos a creer que esa persona ya no existe, que nunca más volverás a ver su cara, su sonrisa, jamás volverás a escuchar su voz... Todos creemos en ese cielo, paraíso o eternidad porque nos da miedo a nosotros mismos no ser, no existir algún día.
Comentarios
Publicar un comentario