Y subirnos a una azotea
a la más alta que encontremos
y gritar a los cuatro vientos
todos los <<te quiero>> que no nos hemos dicho,
hasta que el sol se canse de vernos
y se vaya.
Entonces aparecerá la luna,
una luna llena,
como nosotros, llenos de besos,
susurros, te quieros, caricias, escalofríos,
historias, buenos y malos momentos.
Porque eso somos:
dos tontos a los que el mundo se les queda pequeño.
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