Seamos nómadas en la
piel del otro,
perdámonos por los
diferentes recovecos,
siguiendo alguna que
otra constelación formada por tus lunares.
Subiré hasta tus
hombros para enredarme en tu pelo,
descenderé por tu clavícula
a besos,
no te prometo que
salgas ileso,
se aproximan curvas,
en una nueva subida,
llenas de desenfreno.
Escalaré por tu
cuello
hasta llegar al
acantilado que forman tus labios
para caer
y ahogarme en tu saliva.
Prometo quedarme esta
noche,
pero en la madrugada
al igual que el rocío me evaporaré y no,
no trates de
alcanzarme.
Soy nómada,
me gusta perderme,
no solamente en ti,
no te prometo nada;
tú tampoco lo hagas…
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