Dicen que quien te quiere no te daña,
que triste que nosotros acabáramos llenos de heridas.
Con el tiempo todo cambia, nada es igual,
pero yo sigo aquí,
llena de heridas a medio cerrar.
Yo actuaba como si tú fueras todo,
tú en cambio me mirabas como si nada.
Triste resultado de un amor aletargado,
queríamos comernos el mundo y este terminó por devorarnos.
Queríamos un todo,
todo acabó en nada.
De no querer separarnos a no querer vernos,
¿cómo cambian las cosas, verdad?
Qué estúpidos fuimos,
cambiamos las noches de dos por noches solitarias;
cambiamos tantas cosas que ya ni nos conocemos.
Hay heridas que nunca sanan del todo,
las tuyas decidí curarlas con ron,
coserlas con las agujas del reloj.
Hay heridas que dejan marcas que luego mostramos orgullosos,
tú eres esa cicatriz que valió la pena;
yo soy esa tonta que te protegió de tantos rasguños.
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