Esos momentos en los que tu muralla a resistido, tanto, todas esas bombas que se lanzaban hacia ella, que ahora con una simple piedra se cae a pedazos. Cuando te arrojan esa piedra, se te cae una lágrima, e intentas arreglar tu muralla re-colocando los ladrillos que se han caído para que se mantenga, pero no puede, se cae a trozo, igual que tú. Te derrumbas y lloras, pero te recompones, te secas las lágrimas, te retocas y sonríes; porque tú eres fuerte y ya no esperas a que pase la tormenta, has aprendido a soportar la lluvia.
Entonces piensas y recapacitas sobre tu muralla, sobre esa barrera resistente hasta cierto punto y decides no volver a crearla, no volver a aislarte, a quedarte donde te puedan ver, donde seas tú misma, donde seas transparente, pero no vulnerable; porque a lo mejor no es como tu crees, a lo mejor no todos son iguales, no todos quieren herirte, no todos quieren utilizarte, a lo mejor para alguien eres importante, especial y no un juego, a lo mejor ese alguien ya ha aparecido en tu vida y tú todavía no te has dado cuenta.
Entonces piensas y recapacitas sobre tu muralla, sobre esa barrera resistente hasta cierto punto y decides no volver a crearla, no volver a aislarte, a quedarte donde te puedan ver, donde seas tú misma, donde seas transparente, pero no vulnerable; porque a lo mejor no es como tu crees, a lo mejor no todos son iguales, no todos quieren herirte, no todos quieren utilizarte, a lo mejor para alguien eres importante, especial y no un juego, a lo mejor ese alguien ya ha aparecido en tu vida y tú todavía no te has dado cuenta.
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