"Ella comenzó a darse cuenta de que estaba siendo utilizada, ella se dio cuenta de que era un simple juguete en sus manos, que él solo quería usarla. Se sentía una mierda de persona y es que ella había sido tonta, tan ilusa que se había creído todo, que incluso se había enamorado de ese estúpido; pero claro, el mentía tan bien, esos ojos color café la despertaban en mitad de la noche, en la madrugada, aparecían en sus sueños, en sus pesadillas, la perseguían, la atormentaban... Esos ojos color café la hicieron hacer demasiadas tonterías, de las cuales ella ahora se arrepiente, pero no se puede retroceder en el tiempo.
Pasaron los días, las semanas e incluso los meses y ella se olvidó de su enamoramiento, se olvidó parcialmente de sus te quiero, de sus besos... Ella se fijó en otro chico, a ella le pareció buena idea usarle, como habían hecho con ella, para así terminar de olvidar a ese estúpido. Lo hizo. Ella le utilizó sin darse cuenta de que ella era la utilizada. Lo hizo, sin enterar de que ella era otra vez el juguete y no él.
Ella todavía ciega, se enamoraba cada vez más de él, hasta que la quitaron la venda y entonces esta caída fue más grande que la anterior, el dolor era más intenso, solamente la utilizaban; ella que solamente quería que la quisieran, que la mimaran, la cuidaran... Cansada de todo y de todos, cortó sus venas y de esa herida comenzó a surgir un líquido muy espeso, no, no era sangre, era ese veneno, tan rojo como negro, al que suelen llamar amor."
Somos suicidas. Sí, suicidas al dar todo a una persona, suicidas al no pensar que estamos dando a esa persona el suficiente poder para que nos destruya, para que nos rompa y no seamos nada. En eso se basa el amor, algunas veces llegar a ser venenoso, destructivo...
Y muchas de esas veces nos sentimos tan dolidos, pero a la vez tan enamorados de esa persona que nos ha roto; que intentamos vengarnos, es decir, desquitarnos con otra persona que no tiene culpa. Caemos tan bajo que intentamos jugar con esa persona para hacerla daño, para destruirla como hicieron con nosotros; pero en algunos casos esa persona es más lista que nosotros y hace que volvamos a ser ese juguete, un juguete en manos de otro que juega peor que el otro y que termina de destruirte.
Y entonces te desilusionas, crees que todos son iguales. Que ese amor que te venden en las películas es solo eso, una película; algo irreal. Algo que jamás llegarás a alcanzar...
Somos suicidas. Sí, suicidas al dar todo a una persona, suicidas al no pensar que estamos dando a esa persona el suficiente poder para que nos destruya, para que nos rompa y no seamos nada. En eso se basa el amor, algunas veces llegar a ser venenoso, destructivo...
Y muchas de esas veces nos sentimos tan dolidos, pero a la vez tan enamorados de esa persona que nos ha roto; que intentamos vengarnos, es decir, desquitarnos con otra persona que no tiene culpa. Caemos tan bajo que intentamos jugar con esa persona para hacerla daño, para destruirla como hicieron con nosotros; pero en algunos casos esa persona es más lista que nosotros y hace que volvamos a ser ese juguete, un juguete en manos de otro que juega peor que el otro y que termina de destruirte.
Y entonces te desilusionas, crees que todos son iguales. Que ese amor que te venden en las películas es solo eso, una película; algo irreal. Algo que jamás llegarás a alcanzar...
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