Mis abuelos decidieron llamar a la policía. Llegaron a su
casa al cabo de unos minutos, estuvieron gran parte del día haciéndome
preguntas y prácticamente tuve que relatarles toda mi historia. Una historia
que a veces hacía que yo misma me ahogara en mis propias lágrimas. Los policías
recomendaron a mis abuelos que me llevaran con un psicólogo.
Le buscaron por todos lados: en su casa, en el trabajo, por
todos lados; pero no apareció. Le pusieron en busca y captura. Tras un par de
semanas le encontraron ahogado, pero no se supo si su muerte fue provocada o
simplemente el cargo de conciencia o la perspectiva de poder entrar en la
cárcel le llevaron al suicidio.
-Ahora me doy cuenta de cómo la vida puede cambiar tanto en
tan poco tiempo, cómo una persona que estaba tan cerca de ti y a la que ya
conocías podría cambiar tu mundo en un simple instante. Cómo un simple
desconocido se puede convertir en alguien indispensable para ti. Puedes darte
cuenta de que cada persona esconde una historia, un secreto que muchas veces se
lleva a la tumba, aunque ese secreto le esté matando en vida. Cómo una
apariencia no tiene nada que ver con la persona. Te das cuenta de que la vida va
a rachas y de que depende de cómo la mires, ella ira contigo o contra ti. He
aprendido que de todo se sale, solo hay que esperar a que el viento sople a tu
favor. He visto como una persona puede llegar a hacer tanto daño y salir impune
de ello. También he visto como una persona puede hacer que ese frío que invadía
tu cuerpo se convirtiera en calor y que esos cristales rotos que estaban
desperdigados por todo tu cuerpo vuelvan a unirme. Ya no serás más esos
cristales fríos.- Pienso en mi cabeza mientras miro a Noah que está a mi lado
dándome la mano. La verdad es que el traje negro con esa camisa blanca le queda
muy bien.
Tal vez no sea lo más correcto pensar en esto mientras veo
cómo bajan el ataúd de mi padre y cómo comienzan a echarle tierra por encima.
Mientras que mi abuela, abraza a su marido, llorando ambos por la pérdida de su
único hijo. Yo ya no lloro, él no se merece mis lágrimas y bastantes veces han
sido las veces que lloré por su culpa. Volveré a vivir con mis abuelos, como en
los viejos tiempos; por eso aprovecharé cada instante que pase con Noah hasta
que vuelva a irse de nuevo a su casa, porque la verdad es que va a pasar mucho
tiempo hasta que vuelva a tener tan cerca a mi novio.
Unos años más tarde…
Toda mi vida ha cambiado. He comenzado la universidad, vivo
con Noah en un pequeño piso de una sola habitación, una mini cocina y un salón
en el que hay una mesa de madera que a la vez hace de mesa de comedor y de
estudio. Y un horrible baño en el que solo entra una persona. Pero nos queremos
y eso es lo importante.
Fue difícil que nuestra relación durara en la distancia,
viéndonos un fin de semana al mes; pero lo conseguimos. Vendí la casa que
estaba al lado de la de Noah y con el dinero que conseguí por ella estoy
financiándome mis estudios, ya que no quería que mis abuelos corrieran con los
gastos. Y además estoy trabajando en una pequeña cafetería, Noah también
trabaja mucho. Dividimos el tiempo como podemos, entre los estudios y el
trabajo para poder pasar tiempo juntos. La verdad es que deberemos
trabajar aún más ya que en unos meses se
avecina nuestra boda y todo debe de ser perfecto.
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