El día pasaba muy lento, cada
pocos minutos miraba el reloj y las clases se me hacían eternas, los minutos se dejaban caer como de un cuentagotas menos
mal que a última no hay profesor y me podré ir antes a mi casa.
-¿Qué tal llevas tu primer día como chica diferente?-dijo
Paula mientras me abrazaba por la espalda mientras
íbamos por el pasillo.
-Bueno, no está mal, los profesores me miran como si fuera
un alíen, y además más de uno me ha estado soltando
una charla, de cómo he cambiado físicamente y de que este gran cambio en mi,
puede suponer bajar mi media, pero bien.-dije riéndome.
-¿Tienes hambre? Porque yo
me muero, mi estómago ruge, literalmente-dijo y
comenzó a reírse con esa risa de loca tan contagiosa- He tenido ahora
entrenamiento, estamos ensayando mucho, a lo mejor nos presentamos a un
"concurso"-dijo Paula mientras nos encaminamos hacia el comedor, nos
quedaban otras tres pesadas horas de clase por delante, para que este precioso día de instituto acabara.
Cuando llegamos ante la puerta
doble de color azul eléctrico que daba al comedor, Paula me miraba mal, yo no sabía
si de verdad quería hacerlo, pero estaba
decidida a que mi plan se cumpliera, nada más importaba más que eso ahora. Fui yo la que entró primero,fui yo la primera en traspasar esas puertas y
muchos de los que no me habían visto antes, lo hacían ahora, sus caras eran de
sorpresa o de envidia, no sé… Aunque creo que
muchos de ellos todavía no me habían reconocido.
Paula fue a saludar a sus amigas las animadoras, la seguí, quería ver la cara de la capitana al
verme. Querría disfrutar de la cara de tonta que se
le quedaría cuando reconociera a la nueva Kristen.
-Hola Paula cariño,
¿quién es tu amiga? ¿ nos la presentas?- dijo Alicia, es igual que Paula, ambas tienen el mismo
carácter. Las dos son muy buenas con
la gente, no se parece a estas barbies de bote,
salvo si les haces algo a ellas o alguien a quien quieren.
-Qué bonitos tatuajes, yo me quiero hacer alguno, pero no me
decido por el qué…-dijo Mara a una de sus perritos falderos, pasó a dirigirse a mi- Hola, me llamo Mara,
¿quieres ser una animadora? La verdad nos haría falta alguien más y tú eres
bastante guapa, podrías ser una de las nuestras.- dijo con una sonrisa de
estúpida.
-Mara cariño, sabes muy bien que odio lo que hacen las
animadoras, es algo sin remedio, que se le va a hacer.-dije guiñándola un ojo, mientras sonreía- creo que ya me conoces de
sobra, no hace falta que ahora te hagas la falsa y te presentes, te conozco a
la perfección, se lo estúpida y falsa que puedes
llegar a ser nena.
Ella se quedó de piedra, incluso
parecía que se había puesto nerviosa.
-Paula, ¿Cómo puedes traer a este bicho aquí? ¿Cómo…has…?-se
calló , se fijó en que ni mis ojos estaban rojos
conteniendo las lágrimas y tampoco estaban dispuestos a ello.
-He venido porque quería verte, Mara querida, no seas tan
grosera,¿por qué te dirijes a Paula cuando me
tienes a mi delante?¿Es que no te atreves a hablar conmigo? vengo a verte, a
charlar; por los viejos tiempos.-dije sonriendo.
-Es mi amiga Mara y yo no dejo a las personas de lado por
estúpidos caprichos del momento, yo no abandono a
una persona por cualquier tontería; y menos si sé que esa persona me necesita-dijo
Paula, mirándola con asco.
-Ya hablaremos, Paula.-dijo Mara enfadada.
-¿Entonces es verdad eso de que necesitáis animadoras no?-
pregunté dirigiéndome a Alicia.
-Sí, queremos presentarnos a un concurso y necesitamos ser
como unas 14 y solo somos 11- respondió algo a
penada.
-Bueno chicas, pues yo puedo ayudaros, así ya seréis 12, y
puedo buscaros a otras dos chicas,creo que tengo
las candidatas perfectas, además a ellas les
encantaría ser animadoras.-dije muy segura de mi misma
y sonriendo, siempre sonriendo.
-¿Tú? Lo dudo mucho nena-dijo Mara mirándome con
asco.-Además has dicho que odias lo que nosotras hacemos-dijo con cierto
retintín.
-Mara, cariño, sabes que amo ayudar a las personas más
desfavorecidas, personas desesperadas y en este caso, seréis vosotras esas personas tan afortunadas a las que pretaré mi ayuda -sonreí
maliciosamente.
-¿Quién quiere que…?¿Cómo te llamas cielo?-Preguntó Alicia.
Flashback.
-Hola, soy Kristen, me
gustaría poder ser una más de vosotras. Amo lo que hacen las animadoras, sois
tan geniales-dije muy ilusionada y nerviosa cuando
me presenté por primera vez en el comedor y ante la mesa en la que siempre se
sentaban las animadoras.
-¿Chicas?¿Oís eso?¿Es
un bicho parlante?-dijo la entonces capitana.
Todas rieron.
-Quita bicho, vete, no
vaya a ser que nos contagies algo…-dijo una de las
animadoras.
Empecé a llorar, pero
no me moví.No me atreví a hacerlo, sabía que todo
el mundo nos miraba.
-Hola, chicas ¿qué
tal?-se acercó Mara. Ella era muy distinta a
mí, ella no llevaba gafas, ni aparato,
tampoco iba con ropa enorme y
de color negro , tampoco iba sin maquillar. Ella iba radiante, con un
corto vestido rosa con lunares blanco, que se ajustaba perfectamente a su piel
y calzaba unos preciosos tacones de color beige.
-Muy bien, ¿tú? - dijo
la capitana
-Bien, solo quería
saber si podría ser animadora,es que me encanta todo lo que hacéis, sois las
mejores chicas y sería un gran honor poder ser una
de vosotras. Es uno de mis sueños.-dijo una Mara muy dulce, mostrando
una de sus mejores sonrisas.
-Claro que si
preciosa, podrás hacerlo, solo con una condición-dijo sonriendo maliciosamente
la capitana.
-¿Cuál?-preguntó Mara
intrigada.
-Debes pisotear a ese
bicho, para que no vuelva, humíllala, haz que no nos vuelva a mirar-dijo la
capitana muy sonriente, mientras me apuntaba.
Y así lo hizo…
Fin del flashback.
-Kristen, soy Kristen- sonreí pícaramente a Paula.
Todas levantaron las manos, excepto Mara y su perrito
faldero.
-Mmm… me parece que vuestra amiguita no va a poder entrar en
el equipo, chicas-dijo Mara sonriendo triunfalmente.
-Pero solo sois dos las que no tenéis la mano levantada-dijo
Paula, y puso un dedo delante de la cara de Mara para que esta se callara- Sí,
vale, tu voto vale por dos ¿y? en total son tres votos, ósea que…-dijo Paula
-¡Bienvenida al equipo!-dijeron todas las chicas a coro,
mientras que algunas me abrazaban y otras me daban dos besos a modo de presentación.
Prepárate Mara, este es ahora mi momento… me vas a pagar muy
caro cada una de tus humillaciones, cada uno de tus
insultos. Quien ríe el último, ríe mejor.
Flashback
-Debes pisotear a ese
bicho, para que no vuelva, humíllala, haz que no nos vuelva a dirigir la palabra y mucho menor a mirar-dijo la
capitana muy sonriente, mientras que me apuntaba con el dedo. Mara me miraba, ¿se lo estaba pensando? No
claro que no, era Mara, ella no pensaba nunca, solo actuaba; sobre todo si estaba en juego algo que ella quería
conseguir. Solo pensaría en ella y jamás en mi o en cómo me afectaría eso que
estaba a punto de hacer.
-Vamos…-la apremio la
estúpida de la capitana en un susurro.
Yo mientras tanto,
lloraba sin consuelo alguno. Las lágrimas recorrían
mi rostro, me dolía el pecho, tenía un nudo en la garganta. Quería irme,
esconderme. Mi cuerpo no reaccionaba a mis órdenes.
Mara cogió mis gafas,
me las quitó, intente quitárselas, pero fue en
vano. Todo el mundo nos miraba.
Después cogió unos batidos que las animadoras
tenían en su mesa y me los
derramó por la cabeza, quedé empapada y pringosa. No sabía qué hacer, no podía
moverme, mis piernas no me respondían. Quería huir, pero mis pies no accedían a
mis ideas. Me agarró del pelo y me llevó
hasta donde había un enorme pastel de nada, por el
cumpleaños de uno de los profesores y mi cabeza acabó allí metida. El comedor
estalló en risas. Yo no era capaz de dejar de llorar.Mi
respiración aumentaba, aunque respiraba con dificultad; el nudo que se había
hecho en mi garganta me ahogaba. No podía respirar.
Me había dado cuenta
de lo que era capaz de hacer Mara cuando quiere algo, sin yo importarle nada, sin reparar en las consecuencias, ni en el daño que
hacía.
Paula entró en el comedor
y me vio, me llevó a un baño y me limpió, después pasamos el resto de la mañana
debajo de un árbol, ella intentaba consolarme, pero era algo que no podía
hacer, solo yo podría darme ese consuelo. Así fue mi
primera vez, cuando llegue a casa, no saludé a nadie. Me encerré en mi cuarto y cogí una cuchilla
del baño que compartía con uno de mis hermanos, por ese entonces.
Toqué mi brazo y
después me corté con la cuchilla, era un gran corte, pero no profundo. Ese fue el comienzo de mi fin.
Fin del flashback.
Ante ese recuerdo toqué mi brazo, justo el lugar donde ese
corte estuvo, pero ahora está tapado con un tatuaje.
Una frase muy reconfortante para mí: "She flies with her own wings"
(Ella vuela con sus propias alas).
Después del almuerzo, me tocaba biología, esa asignatura era uno de mis fuertes, en esta hora no me
aburriría.
La hora pasó volando para mi, aunque la señora Katia, se
enrolle como las persianas con sus explicaciones,
unas explicaciones muy pesadas; y aque al fin y al cabo solo hace que repetir
lo mismo una, y otra y otra vez. Aburre a los demás, pero a mí
esas pesadas explicaciones me ayudaban a no tener que estudiar en casa, como
dije, biología se me da muy bien, algún día me gustaría poder ser una estupenda
veterinaria.
Estaba sentada en una mesa que ocupará Paula, en la siguiente hora, es justo enfrente de la mesa
del profesor, yo odio esta asignatura, como por lo tanto, me iré detrás. Al fondo; total el estúpido del profesor me echará.
-Nena, luego tienes que ir al gimnasio, me ha dicho Alicia,
que los nuevos uniformes no han llegado todavía y va a tomar tus medidas para
después llamar para pedir uno más-dijo Paula nada más llegar un tanto sofocada.
-Hola a ti también, querida y amada amiga-dije riendo.
-¿Sabes? Me has sorprendido, has sido muy valiente y te has mantenido muy entera haciendo eso en el comedor-dijo sonriendo,
pero de repente en su cara apareció un puchero y dijo- No quiero que mi pequeña
cambie-entonces se rió al mismo tiempo que yo la abrazaba.
-Buenos días alumnos, ¿cómo llevan la mañana?-dijo entrando
el sonriente profesor de física y química.
-Peor ahora que llegas…-dije por lo bajo con tono burlón.
-Te he oído…-dijo el señor Haddon-¿eres nueva…?
-No, Edward, ¿no te acuerdas de mi? Hasta el año pasado era
una friki en potencia, llevaba gafas y aparato,vestía
de negro y tú me solías echar de tu clase ¿me recuerdas?-dije sonrientemente.
-Kristen, a tu sitio. Ah y por favor, para ti, igual que
para todos, señor Haddon-dijo con una falsa sonrisa, como le odio, pensé..
Habían transcurrido unos minutos de la clase, cuando escuche
que la puerta que había justo detrás de mi se
abría y cerraba. No me enteré muy bien de lo que pasó, yo estaba bastante
absorta en mi dibujo, por si no lo sabéis, también amo dibujar, no soy muy buena en ello, pero
dibujar me relaja.
Justo cuando estoy terminando mi precioso dibujo, de los
arboles que veo desde la ventana, alguien me toca el brazo, ¿mi reacción?
gritar "¡ay!". El señor Haddon dejó de explicar y me miró.
-¿Pasa algo señorita…Wade?-dijo
enfadado.
-No, no, siga la clase por favor, es muy interesante- me
sonrió y se giró para seguir explicando, entonces Paula se giró en la silla y
empezó a señalarme con el dedo y a reírse de mi
tonta respuesta.
Yo me giré a la derecha para saber quién había tocado mi
brazo de esa forma, entonces deseé no
haberlo hecho…
Me di cuenta de que ese chico, nuevo, ese extraño a lo mejor
para los demás, para mí no lo era.
Él no debería de estar aquí…
Comentarios
Publicar un comentario