La semana pasó tranquila, no volví a ver a Dwayne. Con las animadoras todo ha ido bien, todas me quieren en el grupo excepto Mara y su perrito faldero.
El martes, Mara y su querido novio, René rompieron, y últimamente he visto a este bastante interesado en mí.
Hoy era viernes y Micael, nos ha dicho nos presentará a su nueva novia, está muy ilusionado, se le ve que la quiere de verdad, y más vale que ella también, por la cuenta que la trae.
-¿Qué vas a hacer esta tarde?-dijo Paula sacándome de mis pensamientos.
-Pues iré a correr un rato por la playa y seguro que a la librería de siempre, ¿por?
-No, por nada. Por si querías ir al cine esta noche, ¿vamos?
-No, no puedo cariño. Micael, va a llevar a casa a su novia para que la conozcamos.
-¿Miki se he echado novia? Que fuerte, cuando la conozcas me dices quien es y la investigo, ¿vale?-dijo Paula muy sonriente, es muy cotilla, suele buscar a la gente de nuestro alrededor en internet y así si hay algo malo de ellos, lo suele echar en cara cuando quiere algo a cambio.
-Que no le llames Miki, solo yo, tu no vale. Jum. -dije mientras me cruzaba de brazos.
-Eres una posesiva-dijo mientras me abrazaba-Voy a clase, literatura, uf mátame-dijo mientras se ponía de rodillas y hacía que lloraba.
-Yo tengo dibujo ahora-dije sacándola la lengua.
-Eres mala eh…-dijo mientras me apuntaba con un dedo muy acusadoramente-Te quiero, luego te hablo para quedar el sábado y no digas no porque sé dónde vives, eh…
-Vives enfrente, normal que lo sepas-dije riéndome.
-Te odio eh…-y se metió en clase.
La mañana pasó rápidamente
Por la tarde, después de correr una hora y media por la playa me duché y me puse uno vaqueros, una sudadera de Alex, unas Nike Air Max blancas, me hice una coleta y fui andando hasta mi preciada librería, siempre iba ahí, era pequeña, pero olía a libros, lo sé soy friki, pero amo el olor a libro nuevo, amo leer.
Como cada vez que iba, hacía el mismo recorrido, paraba en la misma cafetería de siempre y compraba un cappuccino para llevar.
-Hola-dije mientras entraba.
-Hola Kristen querida, tengo algunos libros que te pueden gustar, al fondo-dijo mientras lo señalaba. Siempre he venido aquí desde pequeña y la señora Dewar me había cogido cariño, el año pasado tuve que ayudar a su hijo con algunas asignaturas para que aprobara y la señora Dewar me lo pagó con algunos libros.
Después de una hora, salí de la librería cargada con cuatro libros.
-Kristen, ¿todavía no has empezado a prepararte?-dijo mi padre enfadado.
-Estoy entrando por la puerta, así que como comprenderás y cómo ves, pues no.-dije mientras le hacía una mueca.
-A mi no me hagas burla, jovencita.
-Venga papá que no te pega ir de padre controlador, lo sabes.-dije mientras le daba un beso-voy a prepararme.
Después de dos horas Cala y yo estábamos listas. Ella llevaba un mono de color azul marino, de pantalón con la espalda al descubierto y un moño en un lado de la cabeza, en cambio yo iba con un vestido rojo y el pelo recogido en una trenza.
-Vaya… mis niñas han crecido-dijo mi padre mirándonos de arriba abajo.
-¿Nos vamos?-dijo Robert, mientras me agarraba a su brazo y Cala al de Alex.
-¿Micael, donde está?-pregunté rompiendo el silencio del coche.
-Ha ido a recoger a su novia-dijo Lucas mientras ponía la radio, el resto del camino, nos lo pasamos cantando.
-Aquí es-dijo Robert mientras aparcaba.
Después de un largo rato, Micael llegó y junto a él iba una chica que se me hizo vagamente familiar a lo lejos.
No, ella no podía ser, serán imaginaciones tuyas Kristen… no, no lo son… ¿Por qué ella?
-Hola, cuñadita-dijo mientras me sonreía falsamente.
-Hola Mara- espeté con asco.
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