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Los puentes, grandes amigos de los enamorados y de los suicidas; aunque pensándolo bien, ¿qué diferencia hay entre ambos? Ambos son suicidas, uno decide matarse lenta y dolorosamente con decepciones y desengaños, mientras que el otro será egoísta y rápido. Ambos son suicidas sin razonamiento alguno que deciden vivir en su propio mundo.
Puentes agradables tanto a la vista como la sensación que producen al pisarlos por primera vez, esa seguridad que otros no ofrecen. Puentes altos, tambaleantes a cada ligero paso que das en él, puentes inestables. Puentes en ruinas.
Podemos tener un puente favorito, un puente que queramos ver, un puente al que queramos subirnos.
Los puentes son perfectos compañeros de viaje, aunque enemigos si te separan de alguien.
Hay tantos tipos de puentes, que ya no sé ni que tipo de puente soy, ni cuál es el que quiero ser.
Simplemente somos puentes.
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