KRISTEN.
Me desperté, hoy era sábado, por lo tanto tendría toda la casa para mí, ya que los sábados eran los días en familia y papá nos llevaba a cualquier lugar para divertirnos; pero yo avisé que este sábado no iría.
Escuché un ruido, mi nana no podía ser; ya que hoy tenía día libre. Bajé las escaleras intentando hacer el menos ruido posible y… ahí estaba él. En mi cocina, haciendo café y tortitas.
-¿Qué coño haces en mi cocina?¿Cómo has entrado?
-Joder, Kris me has asustado.
-¿Qué yo te he asustado? ¿Tú ves normal entrar en casa ajena, así tal cual, cuando la gente duerme? Joder. ¿Cómo vienes tan temprano?
-¿Temprano? Son las doce Kris. Yo solo quería darle una sorpresa a mi querida novia, por cierto estás más guapa así-dijo mirándome de arriba abajo con una sonrisa maliciosa. No me había dado cuenta de cómo iba, era normal que me mirara así, llevaba una camiseta corta y unas bragas bastante transparentes.
-Joder, no mires. Date la vuelta-dije mientras le miraba con cara de enfadada, me daba igual que me viera en bragas, pero no era lo apropiado.
-Venga nena, no te enfades, si tarde o temprano, te veré con mucha menos ropa-dijo mientras se acercaba cada vez más a mi boca. Pero fui capaz de apartarme antes de que sus labios rozaran los míos.
-Voy a cambiarme y desayunamos ¿vale-dije cuando ya estaba subiendo por las escaleras.
Cuando bajé, en la mesa de la cocina había café, tortitas, fruta…
-Qué rico desayuno-dije mientras me sentaba frente a él.
-No sabía que comerías, así que busque un poco y puse esto..-dijo mientras se arrascaba la nuca.
-Esto está bien-dije sonriendo ampliamente.
-¿Qué quieres, fruta?
-¿Te crees que soy como las demás chicas con las que has estado? ¿De esas que solo toman fruta y batidos con cosas raras para estar delgada?-dije seria.
-No sé..
-Pues ya lo sabes, así que, si me haces el favor, no me compares con alguna de tus putitas, gracias.
Después del desayuno, un muy fuerte desayuno. Sam se quedó flipando al ver todo lo que comí.
-¿Qué quieres hacer?
-No lo sé Sam… Tengo que estudiar… ¿nos vemos mejor el lunes en el instituto, vale?
-Bueno…está bien, pero quiero un beso-dijo aproximándose.
-Vale…-dije mientras yo también me acercaba a él, pero justo cuando nuestros labios estaban a punto de rozarse, el móvil de Sam empieza a sonar. Uf, Kris, salvada por la campana.
-¿Si?¿Qué quieres?-dijo serio.-Está bien, voy para allá.-dijo mientras colgaba y se despedía con la mano de mí.
Por fin… vaya tortura…
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