Ir al contenido principal

FRASEANDO.

Como ya os dije, los sábados los íbamos a dedicar a hablar sobre una frase que nos haya llamado la atención, en este caso es una frase que a mi me ha llamado la atención.
Se trata de la siguiente frase:

"EL MOMENTO QUE DA MÁS MIEDO ES JUSTO ANTES DE EMPEZAR"  (Stephen King)

Creo que no seré la única persona que antes de empezar con algo nuevo, ya sea una nueva etapa de tu vida, un nuevo proyecto, una aventura nueva o algo que tenga cierta importancia para ti, es como que de alguna forma te da miedo llevarlo a cabo.
Pero tal vez no sea miedo en sí, tal vez solo sea un cumulo de cosas, como puede ser el nerviosismo por comenzar, por el qué dirán, por si valdrá la pena arriesgarse, por sí estará bien o mal hacerlo... Hay muchas cosas que nos producen ese "miedo" y que nos echan para atrás, que nos impiden realizar eso que nosotros queremos. Pero creo que ya sabéis mi forma de pensar y es que aunque te de miedo comenzar con algo muy distinto o nuevo o no sé, mientras sea algo que a ti te guste y que tu quieras hacer por ti mismo, simplemente hazlo. Porque posiblemente tendrás muchas cosas en contra, puedes tener críticas, te puede dar miedo el que dirán, pero si no intentas hacer realidad eso que quieres, puede que tengas esa mala sensación de que nunca lo intentaste, puede que te pares a pensar en qué hubiera pasado si lo hubiera hecho, no sé.
Ese es mi consejo mis perdidos lectores, arriesgar y que no importa lo que puedan o no decir de nosotros, porque mientras tu haces algo que te gusta realmente, que te llena y te hace feliz, no vas a parar a pensar en que estarán pensando de ti o qué podrán estar diciendo; ¿qué más da?


Comentarios

Entradas populares de este blog

Las cosas que nunca te dije.

Hoy vengo a decirte aquellas cosas que nunca te dije, tal vez no lo hice por miedo o tal vez por vergüenza, quien sabe. Hay tantas cosas que no llegamos a hacer. Tal vez debería haberte dicho más veces que te apoyaba en esas decisiones tan locas y repentinas que tomabas sin ton ni son y que al rato volvías a cambiar de opinión. Tal vez debería haberte dicho que te quería, o que te quiero, que tuvieses más cuidado con lo que hacías, porque en algún momento la cosa acabaría mal. Debería de haber dejado que te fueras a la primera de cambio, debería haberme ido cuando todo comenzó a hundirse. Tal vez debería haberte dicho que tenía una fe ciega en ti, puede que no te hubieras dado cuenta, porque tú eres tan tuyo que no prestas atención al resto, que no te fijas en los pequeños detalles que se convierten en únicos. Tal vez debería haberte dicho que no te quería para que te fueras. Debería haberte dicho que odiaba esas manías tuyas, esos chistes sin sentido y que nunca venían a cuento.

El contexto.

Y  a veces no nos enamoramos de una persona en sí; si no de un contexto, de las circunstancias. De que esa persona aparezca justo en el momento en el que debemos ser salvados. Justo cuando estamos al borde del precipicio, con un pie fuera y otro dentro, a punto de caer al vacío, de perderte. Entonces esa persona llega a tu vida, con una simple sonrisa y te hace pensarte mejor las cosas. Hace todo lo que esté en su mano para poder ayudarte, para que seas tú realmente, porque esa persona quiere conocerte en todas las situaciones de tu vida, de tu día a día: feliz, riendo, bailando cuando crees que nadie te ve, cantando como una loca, tu cara cuando te da besos en el cuello, tu cara de tonta al mirarle, tu risa de niña pequeña cuando te hace cosquillas, como te maquillas (aunque te diga que estás mejor sin maquillaje), lo tranquila que estas mientras duermes y lo mala cuando te enfadas, como te pasas media hora en la ducha bajo el grifo con los ojos cerrados pensando en tus cosas, lo fea

LA VENGANZA ESTÁ ECHADA. Capítulo 2.

El día pasaba muy lento, cada pocos minutos miraba el reloj y  las clases se me hacían eternas, los minutos se dejaban caer como de un cuentagotas menos mal que a última no hay profesor y me podré ir antes a mi casa. -¿Qué tal llevas tu primer día como chica diferente?-dijo Paula mientras me abrazaba por la espalda mientras íbamos por el pasillo. -Bueno, no está mal, los profesores me miran como si fuera un alíen, y además más de uno me ha estado soltando una charla, de cómo he cambiado físicamente y de que este gran cambio en mi, puede suponer bajar mi media, pero bien.-dije riéndome. -¿Tienes hambre? Porque yo me muero, mi estómago ruge, literalmente-dijo y comenzó a reírse con esa risa de loca tan contagiosa- He tenido ahora entrenamiento, estamos ensayando mucho, a lo mejor nos presentamos a un "concurso"-dijo Paula mientras nos  encaminamos hacia el comedor, nos quedaban otras tres pesadas horas de clase por delante, para que este  precioso día de instituto acaba