Ir al contenido principal

FRASEANDO.

Hola mis perdidos lectores, este será nuestro segundo "FRASEANDO", como recordaréis la semana pasada hablamos sobre una frase de Stephen King "El momento que da más miedo es siempre justo antes de empezar". Como os daréis cuenta, últimamente estoy hablándoos mucho sobre comenzar a hacer cosas nuevas y cosas de ese estilo, pero no quiero ser taaan repetitiva, por eso la frase de esta semana, no irá sobre nada de eso.
La frase de esta semana es:

"VISTA DE CERCA LA VIDA ES UNA TRAGEDIA, PERO VISTA DE LEJOS, PARECE UNA COMEDIA."- CHARLES CHAPLIN.

Esta frase me ha gustado mucho porque de alguna forma me hace identificarme, pensaréis que soy tonta o algo, pero es la verdad. Muchas veces, creo que esto nos pasa a todos, y es que cuando estamos mal, pensamos que todo en nuestra vida es malo, está mal o es negativo; simplemente porque nos centramos en eso, pero no. Simplemente hay que ver la vida con cierta perspectiva y te darás cuenta de que la vida tiene momentos tanto buenos, como malos y también divertidos, al igual que tristes. Pero no por esa razón tenemos una mala vida o pensemos que no merece la pena o cosas por ese estilo. No es así.
La vida son rachas, en algunos momentos estaremos completamente rodeados de gente, en otros nos sentiremos muy solos porque estaremos solos; pero estar solo no es nada malo porque nos viene bien, nos sienta bien tener un momento de soledad para pensar en todo, en el pasado o futuro o mejor en el presente. Vamos a vivir momentos muy tristes, también momentos muy buenos. Además muchos momentos que viviremos no los tendremos en cuenta, porque somos así de estúpidos que no valoramos mucho esos momentos que realmente valen la pena, momentos que te llenan.
Solamente hay que saber aprovechar cada momento.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las cosas que nunca te dije.

Hoy vengo a decirte aquellas cosas que nunca te dije, tal vez no lo hice por miedo o tal vez por vergüenza, quien sabe. Hay tantas cosas que no llegamos a hacer. Tal vez debería haberte dicho más veces que te apoyaba en esas decisiones tan locas y repentinas que tomabas sin ton ni son y que al rato volvías a cambiar de opinión. Tal vez debería haberte dicho que te quería, o que te quiero, que tuvieses más cuidado con lo que hacías, porque en algún momento la cosa acabaría mal. Debería de haber dejado que te fueras a la primera de cambio, debería haberme ido cuando todo comenzó a hundirse. Tal vez debería haberte dicho que tenía una fe ciega en ti, puede que no te hubieras dado cuenta, porque tú eres tan tuyo que no prestas atención al resto, que no te fijas en los pequeños detalles que se convierten en únicos. Tal vez debería haberte dicho que no te quería para que te fueras. Debería haberte dicho que odiaba esas manías tuyas, esos chistes sin sentido y que nunca venían a cuento.

El contexto.

Y  a veces no nos enamoramos de una persona en sí; si no de un contexto, de las circunstancias. De que esa persona aparezca justo en el momento en el que debemos ser salvados. Justo cuando estamos al borde del precipicio, con un pie fuera y otro dentro, a punto de caer al vacío, de perderte. Entonces esa persona llega a tu vida, con una simple sonrisa y te hace pensarte mejor las cosas. Hace todo lo que esté en su mano para poder ayudarte, para que seas tú realmente, porque esa persona quiere conocerte en todas las situaciones de tu vida, de tu día a día: feliz, riendo, bailando cuando crees que nadie te ve, cantando como una loca, tu cara cuando te da besos en el cuello, tu cara de tonta al mirarle, tu risa de niña pequeña cuando te hace cosquillas, como te maquillas (aunque te diga que estás mejor sin maquillaje), lo tranquila que estas mientras duermes y lo mala cuando te enfadas, como te pasas media hora en la ducha bajo el grifo con los ojos cerrados pensando en tus cosas, lo fea

LA VENGANZA ESTÁ ECHADA. Capítulo 2.

El día pasaba muy lento, cada pocos minutos miraba el reloj y  las clases se me hacían eternas, los minutos se dejaban caer como de un cuentagotas menos mal que a última no hay profesor y me podré ir antes a mi casa. -¿Qué tal llevas tu primer día como chica diferente?-dijo Paula mientras me abrazaba por la espalda mientras íbamos por el pasillo. -Bueno, no está mal, los profesores me miran como si fuera un alíen, y además más de uno me ha estado soltando una charla, de cómo he cambiado físicamente y de que este gran cambio en mi, puede suponer bajar mi media, pero bien.-dije riéndome. -¿Tienes hambre? Porque yo me muero, mi estómago ruge, literalmente-dijo y comenzó a reírse con esa risa de loca tan contagiosa- He tenido ahora entrenamiento, estamos ensayando mucho, a lo mejor nos presentamos a un "concurso"-dijo Paula mientras nos  encaminamos hacia el comedor, nos quedaban otras tres pesadas horas de clase por delante, para que este  precioso día de instituto acaba