¿Es cierto que las casualidades existen? ¿Todo pasa por algo? ¿Tenemos un destino escrito?
La verdad es que yo no creo en las casualidades, creo que algo pasa porque estaba destinado a ser, pero no creo en ese destino que decide por nosotros; no, creo en ese destino que vamos forjando cada uno de nosotros poco a poco, día a día.
Tal vez estaba destinado a ser o posiblemente apareció sin seguir las reglas, lo único que sé es que ha llegado a mi una personita, alguien que ha hecho que me dé cuenta de que los problemas, al igual que las cosas buenas hay que compartirlos.
Aunque siendo sincera, esa persona ya estaba en mi vida, aunque poco tiempo; pero cuando te paras a hablar con una persona, es como realmente la conoces, es cuando se dejan de lado las apariencias y es esa persona la que te sorprende porque no era lo que pensabas, su forma de ser no era esa que pensabas.
No sé si por mucha o poca casualidad esa chica llegó a mi vida, un día cualquiera, a una cualquiera, su mensaje me desconcertó "otra interesada", pensé, pero luego ella quiso saber más de mi vida, de mí… Hasta el punto que fui capaz de derribar todos los muros construidos desde hace tantos y tantos años.
Esos muros se desplomaron, al igual que yo. Caímos, pero no al fondo; no. Fue una caída diferente, podría decirse que rara, porque no fue dolorosa, fue salvadora. Son muchas las veces que pensamos que caer es algo malo y dañino, pero no, a veces no lo es. Algunas caídas en buenas manos, puede ser una caída muy liberadora.
En mi caso fue de ese estilo, porque yo tan dura y fría como siempre he sido, fui capaz de deshacerme ante ella, fui capaz de romperme y abrirme; mostrar mi pasado, mis cicatrices y mis malas rachas. Fui capaz de contar mis secretos impensables a una persona, que simplemente me inspiró confianza. Tal vez fue acertado o posiblemente no. Pero lo que sí es cierto es que fue algo dolorosamente liberados y satisfactorio.
Han sido años los que me he ocultado, años en los que instalé en mi una cierta apariencia engañosa, una simple máscara neutra. Una máscara que ocultaba mi verdadero yo, pues este se escondía en lo más profundo de mí, en un triste y oscuro, encerrado. Pero esa persona poco a poco, con paciencia fue liberándome. En tan poco tiempo ella se ha convertido en un soporte para mí, un puerto en el que refugiarme cuando la tormenta llega.
En apenas unos meses, me ha enseñado que de nada vale fingir pues de esa forma soy yo la que sufre; que de nada sirve una apariencia pues todo se encuentra dentro; que no quererme es una forma más de romperme y que los comentarios del resto no sirven de nada.
Lo que más me llamó la atención fue su "deja de leer tantos libros y comienza a escribir tu propia historia", tal vez tenga razón. Creo que tras diecisiete años llegó mi momento de vivir, de disfrutar, de sentir y de no pensar, ni arrepentirme; ya habrá tiempo. Creo que a partir de ahora será mi momento.
Tal vez las casualidades existan y todo pase por algún motivo o simplemente por ese "destino", pero quiero que la vida me siga sorprendiéndome con personas así de bonitas.
Comentarios
Publicar un comentario