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KmPerdido.

¡¡Hola mis perdidos lectores!! ¿Qué tal? ¿Cómo va eso? Espero que todo bien y genial.
Ya se acercan cada vez más las navidades y con ellas las vacaciones. También las notas en el caso de los que estudiamos y por mi parte muy pero que muy bien. 
Siento mucho no teneros nada preparado para hoy, pero en estos días que tendré a partir de ahora sin clases, os podré tener una o varias entradas. Pero es que hoy no he tenido tiempo para nada, porque acabo de llegar a casa de un buen día de compras. 
Como creo que ya os he dicho, para estas navidades os tengo muchas cosas pensadas, cosas que os podrán gustar y que a mi me hace ilusión compartir con vosotros mis queridos lectores. 
Ya os iré contando poco a poco.
Además os quiero recordar que si queréis que hable de un tema concreto o que os aconseje sobre algo, podéis poneros en contacto conmigo a través de comentarios, con un correo en sonpensamientosadoles@gmail.com o a través de Twitter @KmPerdido os lo agradecería mucho chicos. 
Gracias.

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Hoy vengo a decirte aquellas cosas que nunca te dije, tal vez no lo hice por miedo o tal vez por vergüenza, quien sabe. Hay tantas cosas que no llegamos a hacer. Tal vez debería haberte dicho más veces que te apoyaba en esas decisiones tan locas y repentinas que tomabas sin ton ni son y que al rato volvías a cambiar de opinión. Tal vez debería haberte dicho que te quería, o que te quiero, que tuvieses más cuidado con lo que hacías, porque en algún momento la cosa acabaría mal. Debería de haber dejado que te fueras a la primera de cambio, debería haberme ido cuando todo comenzó a hundirse. Tal vez debería haberte dicho que tenía una fe ciega en ti, puede que no te hubieras dado cuenta, porque tú eres tan tuyo que no prestas atención al resto, que no te fijas en los pequeños detalles que se convierten en únicos. Tal vez debería haberte dicho que no te quería para que te fueras. Debería haberte dicho que odiaba esas manías tuyas, esos chistes sin sentido y que nunca venían a cuento.

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El día pasaba muy lento, cada pocos minutos miraba el reloj y  las clases se me hacían eternas, los minutos se dejaban caer como de un cuentagotas menos mal que a última no hay profesor y me podré ir antes a mi casa. -¿Qué tal llevas tu primer día como chica diferente?-dijo Paula mientras me abrazaba por la espalda mientras íbamos por el pasillo. -Bueno, no está mal, los profesores me miran como si fuera un alíen, y además más de uno me ha estado soltando una charla, de cómo he cambiado físicamente y de que este gran cambio en mi, puede suponer bajar mi media, pero bien.-dije riéndome. -¿Tienes hambre? Porque yo me muero, mi estómago ruge, literalmente-dijo y comenzó a reírse con esa risa de loca tan contagiosa- He tenido ahora entrenamiento, estamos ensayando mucho, a lo mejor nos presentamos a un "concurso"-dijo Paula mientras nos  encaminamos hacia el comedor, nos quedaban otras tres pesadas horas de clase por delante, para que este  precioso día de instituto acaba